Si algo me motiva al manejar es que no todo es solo llevar al pasajero a su destino. La experiencia que ofreces puede marcar la diferencia entre una calificación perfecta con propina o un viaje más sin chiste. Y lo mejor es que no tienes que hacer gran cosa; con pequeños gestos bien pensados, puedes mejorar tu servicio y sacar más provecho a cada viaje.

Aquí te dejo algunos trucos que a mí me han funcionado para mejorar mi calificación, recibir más propinas y hasta conseguir clientes que me buscan fuera de la app.

1. La primera impresión cuenta

El pasajero se sube y en menos de 10 segundos ya tiene una opinión de ti y de tu coche. Si el carro huele bien y está limpio, ya llevas ventaja.

No tienes que presentarlo como si fuera de agencia, pero:

Sin basura a la vista. Nadie quiere sentarse en un coche con envolturas o botellas de viajes anteriores.

Un aromatizante leve (sin pasarse, que algunos olores resulten molestos).

Los vidrios limpios. Parece detalle menor, pero un vidrio sucio da mala impresión.

Ojo con los olores. Entre el sudor y los perfumes intensos de algunos pasajeros, el coche puede quedar con una mezcla extraña. Ventilar entre viajes ayuda mucho.

2. Ser amable sin exagerar

No tienes que forzar una conversación, pero un saludo y una actitud relajada marcan la diferencia. Yo siempre aplico:

Un “¿Cómo estás?” con tono natural. Si contestan animadamente, se puede seguir la plática; si responden de manera breve, lo mejor es mantener el silencio.

Ser servicial sin ser demasiado formal. Un “si necesitas bajar un poco la ventana, dime” se siente más cercano que un “lo que usted ordene, patrón.”

Cero quejas del tráfico o de otros pasajeros. Hablar mal de la ciudad o del día genera mala vibra. Mejor mantener un tono neutral y tranquilo.

3. Detalles que no cuestan mucho pero suman puntos

Hay trucos que parecen insignificantes, pero que los pasajeros valoran mucho:

Cables para cargar celulares. No cuesta nada tener un cable USB con varias entradas, y más de un pasajero lo agradece.

Musiquita neutra. Evita poner música demasiado alta o de géneros que puedan no gustar; un buen playlist instrumental o algo suave ayuda a que el viaje se sienta mejor.

4. Seguridad y confianza: hacer que se sientan cómodos

Hay pasajeros que suben algo nerviosos, sobre todo en ciertos horarios o situaciones. Pequeños gestos ayudan a que se sientan en confianza:

Confirmar el destino antes de arrancar: “Vamos para [destino], ¿verdad?”

Si el pasajero se muestra algo atento al camino o revisa el mapa, aviso mis movimientos: “Voy a tomar esta calle porque está más fluida.”

Manejo tranquilo y sin frenazos bruscos. Si el pasajero siente que va en montaña rusa, olvídate de la propina.

5. No dar consejos, pero sí dejarte recomendar

A veces la gente pregunta si tengo WhatsApp para agendar viajes fuera de la app. No siempre acepto, pero cuando veo que es alguien que necesita transporte frecuente (como ejecutivos o personas que realizan recorridos habituales), puede ser una buena fuente de ingresos extra.

Eso sí, nunca hay que ofrecerlo de entrada. Si el pasajero lo sugiere, ya depende de uno si acepta. Un viaje fijo siempre es mejor que esperar el siguiente en la app.

6. Manejo relajado = pasajero relajado

Si vas estresada, el pasajero lo nota. Por eso, hay que manejar con calma, incluso cuando el tráfico esté pesado.

Nada de pitar como loca. Eso solo pone a todos más tensos.

No engancharse con los conductores complicados. Siempre hay alguien enojado en la calle, pero si el pasajero ve que te alteras, baja la calificación.

Respetar límites y señales. Aunque suene obvio, hay quienes se confían y luego el pasajero se siente incómodo.

7. Una despedida con buen sabor de boca

El final del viaje es tan importante como el inicio. Yo siempre aplico:

“Gracias, que tengas buen día/noche” con un tono natural y amable.

Si el viaje fue agradable y el pasajero fue buena onda, un sutil “Te agradecería una buena calificación” no cae mal.

Esperar a que cierren la puerta sin arrancar inmediatamente. Ese pequeño detalle transmite cuidado y seguridad.

Conclusión: los detalles marcan la diferencia

No se trata de hacer milagros ni de ofrecer un servicio de lujo, sino de cuidar esos pequeños gestos que pueden transformar un viaje ordinario en una experiencia memorable. Con detalles bien pensados, puedes mejorar tu calificación, aumentar las propinas y hasta conseguir clientes recurrentes.

Porque al final del día, todos los viajes cuentan, pero aquellos que dejan buenas reseñas y propinas hacen que el esfuerzo realmente valga la pena.